Revisión de sueños

Los sueños deben ser como balones que jalonan e inspiran y no como piedras pesan y frenan. Son semillas para el camino

Se nos olvida que somos mortales y que en cualquier curva del camino nuestra jornada en esta tierra puede llegar a su fin. Como si una comida saludable o una vida armoniosa fueran suficientes para posponer indefinidamente la cita con la parca. Y así, en una jornada que pareciera no tener fin, sin darnos cuenta vamos agregando a nuestra mochila sueños y más sueños que algún día realizaremos.

Algunos son simples ideas, quizá una frase o una imagen en la cabeza, otros vienen de conversaciones inspiradoras, otros más se han ganado más espacio en las agendas y cuentan con textos o cuadros y presupuestos. No importa cual sea su forma, ese banco de sueños que vamos conformando puede terminar siendo un lastre para el camino.

Me he puesto en la tarea de vaciar la mochila de los sueños y revisarles uno a uno. He encontrado unos muy antiguos que resultaron de alguna conversación con alguien. Nunca más volvimos a hablar de ello. Es muy probable que para la otra persona haya sido sólo una conversación inspiradora que ya se desvaneció en el viento. Sin embargo yo le guardé como algo a materializar en algún futuro.

A otros les dediqué más tiempo y me he encontrado con formulaciones más avanzadas y completas. Buenas ideas que quedaron por ahí parqueadas esperando o simplemente almacenadas cual libro en estante, aguardando a que algún lector explorador le vuelva a sacudir.

Hay algunos muy inspiradores pero que ya no resuenan conmigo. El que los soñó en su momento ya no está en este presente. Quizá son buenas ideas para otra persona pero ya no soy el llamado a materializarles.

Con algunos he podido hacer una especie de poda para tomar sólo una parte. Algo así como visitar un basurero de autos para escoger un buen carburador de aquel, la tapicería de este otro, el motor de ese, y así recoger aprendizajes e ideas que hoy puedo aprovechar de mejor manera pero sin cargar con todo lo que le rodeaba.

  • Sueños que ya no resuenan con mi presente.
  • Sueños que hoy son caducos.
  • Sueños que fueron solo palabras al viento.

Todos ellos han ido a parar al cesto de la basura. ya no les quiero en mi mochila.

He dejado sólo aquellos que siguen teniendo vigencia, que resuenan conmigo y a los cuales efectivamente les dedicaré tiempo y energía en el camino que sigue.

Los sueños deben ser como balones que jalonan e inspiran y no como piedras pesan y frenan. Son semillas para el camino.